La micropuntura restaura la piel regenerando las capas
superficiales del cutis a través de microcorrientes faciales de forma segura.

La micropuntura es una técnica consistente en dar diminutos pinchazos sobre la piel como si se tratara de acupuntura. Sin embargo, y a diferencia de esta otra práctica, aquí se infiltra en la epidermis -a una profundidad de 0,25 milímetros- el producto que se desea utilizar en cada caso, que suele ser una combinación multivitamínica regenerante.

Esta terapia promueve la estimulación de la piel por acción mecánica y la remodelación celular, algo muy útil en la reducción de manchas y la lucha contra los signos de la edad y la flacidez de la epidermis en zonas como el cuello o el escote, también se utiliza como un método viable para rellenar las arrugas.

Gracias al estímulo que supone la micropuntura para nuestra piel, y combinándolo con los activos adecuados, el tratamiento de micropuntura consigue resultados inmediatamente visibles. Disminuye la profundidad de las arrugas, se aclaran las manchas y se mejoran ostensiblemente las cicatrices de acné. También es efectivo en la recuperación de la piel envejecida por el exceso de exposición al sol. Y además del rejuvenecimiento facial, la micropuntura también consigue resultados en tratamientos corporales, como celulitis y estrías y también en diferentes tipos de alopecia.

Este tratamiento nació de una investigación que se realizó desde 1997 hasta el año 2006 principalmente en Alemania y Sudáfrica, y que se ha ido especializando hasta ser en la actualidad, un tratamiento alternativo a la cirugía estética muy popular y eficaz en algunas regiones de América Latina y de Europa que, además de eliminar las manchas, también reduce otras imperfecciones de la piel, como marcas de acné, cicatrices y arrugas.